
Ganadores I Edición Premios Fundación Endesa a la Ecoinnovación Educativa
Los patos que viven en humedales se ayudan de la ingesta de pequeñas piedras que capturan del sedimento depositado en el fondo para mejorar su digestión. Un gesto sencillo que se convierte en todo un problema cuando, confundidos por su tamaño, tragan pequeños perdigones de plomo. Conscientes de este problema, el colegio San José de la Montaña de Oliva (Valencia), desarrolló su proyecto “Estudio sobre la densidad del plomo en el sedimento en el Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva”, con el que consiguieron el premio correspondiente al nivel C de la categoría 1 en la 1ª edición de los Premios Fundación Endesa a la Ecoinnovación Educativa.
El proyecto tiene como objetivo principal concienciar a los alumnos sobre la problemática del uso de plomo en los cartuchos en una zona húmeda y su impacto para el ecosistema de los patos. Para ello, trabajaron en un mapa en el que se muestra las diferentes densidades de presencia de plomo y una comparativo de la presencia de perdigones de plomo y los elaborados con otros materiales.
Este estudio contaba además con el añadido de ser algo novedoso debido a que no existían datos previos sobre el plumbismo en este espacio natural protegido, considerado como Zona de Especial Protección para las Aves. Así el propio proyecto se posicionaba como herramienta para que los responsables de parques naturales tuvieran datos fehacientes. Con datos sobre la densidad del plomo, queda en manos de las propias autoridades competentes (Consejería de Medio Ambiente) el decidir si intervenir para eliminar el peligro existente en el sedimento para las aves anátidas.
“Gracias a este proyecto se ha conseguido dar de una manera alternativa e innovadora conocimientos de orientación y del medio ambiente.”
– Colegio San José de la Montaña, Oliva (Valencia)
El Colegio San José de la Montaña decidió emprender este estudio en el Parque Natural de La Marjal, en colaboración con la dirección del Parque, debido a que es un área donde se practica la caza intensiva durante 5 meses al año (de octubre a febrero) y en la que no se habían realizado estudios de este tipo tras la prohibición del uso de cartuchos con munición de plomo.
Para dar a conocer su trabajo, realizaron una labor de difusión del mismo a través de las redes sociales y los medios locales. Además, sometieron a amigos y vecinos del municipio y sus alrededores a una encuesta online que dio como resultado una valoración positiva de los objetivos perseguidos por el proyecto.
Los 11 estudiantes implicados en el estudio trabajaron en equipo, participando conjuntamente en todas las tareas. Entre las más importantes se encuentran organizar el material para ir al campo, remar en barca, tomar muestras, posicionar en GPS los puntos de muestreo, usar el programa Google Earth, tamizar las muestras en busca de perdigones o pasar los datos a una hoja Excel.