Es innegable la importancia de la bombilla incandescente en la evolución de nuestra sociedad. Por ello, en el blog hemos tratado de diversas maneras este dispositivo, estudiando desde su historia hasta el principio físico por el que funciona, el efecto Joule.
En este artículo, pues, ampliamos los recursos didácticos de Endesa Educa sobre la iluminación con un experimento centrado en la construcción de una bombilla incandescente. De esta manera, podremos entender cuál es su funcionamiento.
¿Qué necesitamos para la construcción de la bombilla?
Los materiales que vamos a necesitar para la construcción de una bombilla incandescente son bien simples:
- Un bote de cristal con tapa
- Pila de 3V
- 2 trozos de cable de unos 6 cm de largo
- Plastilina
- Un cable muy fino
- Cinta adhesiva
¿Cómo se construye una bombilla incandescente?
Lo primero que tenemos que realizar para la construcción de la bombilla incandescente son dos agujeros pequeños en la tapa del bote de cristal, con la ayuda de un punzón, de un tamaño idóneo para poder introducir los cables posteriormente.
A continuación, cogeremos los dos trozos de cable y los pelaremos por los dos extremos. Después, pasaremos cada uno de los cables por cada uno de los agujeros que hemos hecho. A los extremos ya pelados de cable que quedan en el interior del bote les daremos forma de gancho, de donde apoyaremos el trozo de cable fino.
Luego, cerraremos el bote y pondremos unos trozos de plastilina alrededor de los agujero por donde entran los cables, para aislar el interior. Para terminar, los extremos de cable que han quedado en la parte exterior del bote de cristal los mantendremos unidos con los bornes de la pila mediante la cinta adhesiva.
¿Cómo se experimenta y cómo lo explicamos?
En el momento en que conectamos los cables a los dos bornes de la pila, nuestra bombilla incandescente ya entra en funcionamiento. La pila genera una corriente eléctrica que a través de los cables es conducida al cable fino que hemos puesto en el interior del bote de cristal. Esta corriente, al cabo de un tiempo produce un aumento significativo de temperatura en el cable fino, por lo que suceden entonces dos fenómenos importantes.
- Por un lado, el efecto Joule, que consiste en la pérdida de energía en forma de calor y que no es útil para el funcionamiento de gran parte de los aparato eléctrico, pero para nuestra bombilla en cambio sí que lo es.
- Por el otro, y a consecuencia del anterior, la incandescencia: la temperatura que alcanza el cable fino es tan elevada que emite radiación en forma de luz visible.
A causa de que nuestro experimento es únicamente una prueba para comprender el funcionamiento de una bombilla incandescente, el cable fino puede fundirse rápidamente o incluso romperse, debido a que las condiciones que ponemos no son las idóneas. Si quisiéramos mejorarlas, tendríamos que extraer el aire del bote de cristal y/o también utilizar en vez de una cable tan fino, utilizar otro más grueso o de otro material más adecuado para soportar las altas temperaturas. La bombillas incandescentes actuales tienen unas condiciones optimas para tener una vida útil de una 1.000 horas, ya que en el interior de su cámara de cristal hay un gas inerte que impide que el filamento se volatilice. Además, este filamento es de un material que aumenta el rendimiento de la bombilla.